Presentación
- Ismael Martin
- 7 dic 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 10 ene
Muy buenas. Comenzamos esta nueva andadura por aquí, y nada mejor que escribir unas líneas para darme a conocer.
Desde muy jovencito he sido un gran aficionado al cine. Esa época en los años 90 del siglo XX en que estaban a la venta en los quioscos las colecciones en VHS. Mis padres compraban dichas colecciones y recuerdo algunos títulos. Por ejemplo, descubrí el personaje de Tarzán interpretado en su imagen más icónica por Johnny Weissmuller. Fueron doce películas enclavadas en la serie B, producciones baratas pero muy rentables, que tuvieron una primera etapa de seis películas muy entretenidas y otras seis más irregulares. Cada quince días llegaba una nueva entrega y las veía una y otra vez.
Otra colección que recuerdo es la saga del famoso agente James Bond, 007. Aventuras, acción y mucho humor, en la que se cambiaba el actor protagonista sin que nadie se rasgase las vestiduras.
Ya cuando iba haciéndome mayor, compraba las colecciones que me interesaban, siendo las dedicadas al personaje creado por Agatha Christie, Hercule Poirot y la saga cinematográfica salida de sus propias series de televisión Star Trek, las que mejor recuerdo. Las de Poirot tenían doble aliciente, que era poner a la venta en un solo pack la novela y la película que adapta el texto.

Poder ver películas de diferentes décadas ha hecho que pueda disfrutar de los distintos lenguajes cinematográficos que se han ido aplicando y evolucionando. En los años 90 no era raro tener en programación ciclos dedicados a una productora, a un actor o a un director, sobre todo en La 2 de RTVE. Echar un vistazo a la revista TP y apuntar aquellos ciclos que me despertaban curiosidad, como los dedicados a la productora británica Hammer o la obra tanto silente como sonora de Charles Chaplin. También estaban los míticos AluCine o Noche de miedo, dedicados al género de terror y que generó en una nueva hornada de aficionados. Estos bloques temáticos en televisión hicieron que mi generación se acostumbrara a ver películas de cualquier década, algo muy difícil hoy en día con la sobresaturación de ofertas en streaming. Cuando ya tenía una independencia monetaria empecé a formar mi propia videoteca en los diferentes formatos que han ido saliendo, cambiando las obras más importantes para mí desde el VHS hasta el BLU-RAY, eso sí, volviéndome más selectivo a la hora de comprar.
Otro factor que hizo crecer mi pasión por el cine es el videoclub. Yo viví las dos etapas fuertes de esa tienda, la de los finales de los ochenta, que casi acaba con el negocio cuando aparecieron las televisiones privadas, y el resurgir que tuvo a finales de los noventa, años en lo que empecé a trabajar en un videoclub y así durante veinte años. Viví en los estertores del VHS, los años dorados del DVD, cuando alcanzó el pico de popularidad y ventas; el cambio al BLU-RAY y la aparición de Netflix, el primer y más famoso servicio de streaming, punto donde empezó la decadencia y casi desaparición del formato físico. En esos años empecé a estudiar de manera autodidacta la historia del cine, con libros dedicados al cine que fui descubriendo, siendo consciente de las etapas y las corrientes cinematográficas que influyen y hacen avanzar el medio; sumergiéndome en los géneros más baratos pero populares como el exploitation o el giallo; leyendo la vida y obra de directores, actores o productores que dejaron huella, y valorando en su justa medida películas que en su primer visionado no me gustaron o no llegué a entender.

Desde el 2018 colaboro en varios programas de radios locales dedicados a cine, series y videojuegos y donde aporto mis pequeños conocimientos y opiniones, que me sirvieron para curtirme y poder lanzar un primer intento de crear un podcast propio que tuvo una corta vida y me sirvió para aprender y más adelante volver a ese rodeo. También estuve implicado en una plataforma cultural durante año y medio.
Mi propósito con este blog es verter mis opiniones sobre películas que me marcaron de alguna manera; reseñar aquellas novedades o descubrimientos que vayan apareciendo; recordar el aniversario de personas, obras y similares; y también escribir sobre algún tema que tenga que ver con el séptimo arte.











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