Mis películas favoritas: It follows (1 de 2)
- Ismael Martin
- 22 feb
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 19 mar
It follows es una de las películas de terror más importantes para mí. Junto con otras dos que se estrenaron ese mismo año, La bruja, dirigida por Robert Eggers y Babadook, dirigida por Jennifer Kent, que tendrá su correspondiente hueco aquí, me hicieron ver el género desde otra óptica. It follows fue el catalizador de una nueva categoría en el cine de terror, El Terror Elevado, una categoría que funcionó como excusa para que aficionados al cine de corte más indie o culto pudieran disfrutar de este género, que desde su comienzo ha dado obras más profundas de lo que parece. Pero vuelvo al tema principal, que el ya extinto terror elevado y el menosprecio que se le tiene al terror en general por parte de cinéfilos es un tema propio.

It follows tuvo el estreno oficial en mayo de 2014 en el Festival de Cannes y su paso por salas comenzó en 2015, así que me agarro a esto para conmemorar que este año 2025 ya es el décimo aniversario desde el estreno para el gran público. Con un presupuesto de dos millones de dólares, recaudó más de veinte, una cifra que parece baja, pero que en el cine de género significa un éxito.
Director y actores
Su director es David Robert Mitchell, realizador que lleva tres películas estrenadas, todas diferentes entre sí. Debutó en 2010 con El mito de la adolescencia, comedia dramática que explora el paso a la vida adulta de varios jóvenes en una noche de verano, con sus dudas y anhelos. La segunda es esta It follows, a la que siguió Lo que esconde Silver Lake, de 2018, su obra más compleja. Un joven aburrido empieza a investigar la desaparición de su vecina y se sumergirá en un submundo lleno de rarezas en el que descubrirá los mecanismos ocultos que rigen la sociedad. Y en 2026 estrena They follow, secuela de It follows, por mi parte innecesaria pero a la vez con mucho interés por ver cómo ha continuado la historia y el desarrollo de la maldición que persigue a los personajes.
Hay elementos comunes que utiliza Robert Mitchell en su filmografía pese a que sus largometrajes pertenecen a diferentes géneros. El principal es la desorientación vital que sufren sus jóvenes personajes. Están inmersos en dudas existenciales, a merced de una sociedad que parece que les ha dado la espalda y en donde no encuentran su sitio. Una especie de melancolía pese a su corta edad y que los hace ser muy reflexivos. No encuentran apoyo en el sector adulto de la sociedad y son ellos como grupo los que tienen que lidiar con el problema.
Robert Mitchell utiliza los espacios abiertos para transmitir de manera paradójica la claustrofobia de la sociedad. Barriadas deprimidas, donde no hay nadie por las calles, en los que la sensación de que están solos en el mundo está muy patente. Y con unos subtextos muy interesantes que hace que en cada visionado de sus películas encuentre detalles nuevos y lecturas diferentes, dentro del potente texto principal. Esta manera de mostrar el suburbio residencial donde viven los personajes es tomado de John Carpenter, ya que hay ciertas similitudes en las calles y el ambiente de la joya de culto La noche de Halloween.

El elenco de actores lo encabeza Maika Monroe, musa del cine de terror moderno que saltó a la fama con esta película y que ha protagonizado largometrajes que han tenido un éxito relativo tanto de crítica como de público, estrenando obras de corte comercial aunque navegando en el sector más independiente de la industria. En 2014 también estrenó The Guest, cinta de suspense y acción junto con otra estrella en ciernes, Dan Stevens, un homenaje al cine de acción que se hacía en la década de los 80, con sus macarradas y un giro bastante interesante; en 2022 llegó a salas y servicios de streaming The watcher, donde encarna a una joven que se muda a la ciudad de origen de su marido y empieza a notar que su vecino la vigila, a la vez que en dicha ciudad hay un asesino en serie de mujeres; y su pelotazo más reciente es la notable Longlegs, de otro director muy interesante, Oz Perkins, y en donde comparte cartel con Nicolas Cage. Thriller muy deudor de El silencio de los corderos, y con Monroe interpretando a una novata agente del FBI que investiga una serie de crímenes inexplicables. Una atmósfera opresiva y malsana con un Nicolas Cage pletórico y una trama fascinante.
El resto del plantel son más desconocidos o con menos recorrido comercial, exceptuando a Keir Gilchrist, cuyo rostro también se puede encontrar en varias películas de terror y protagonista de Atípico, serie de Netflix en el que interpreta a un joven autista que quiere tener más independencia. De lo mejorcito del catálogo de esta compañía.
Personajes y sinopsis
Maika Monroe....... Jay
Keir Gilchrist......... Paul
Daniel Zovatto.......Greg
Jake Weary...........Hugh/Jeff
Olivia Luccardi......Yara
Lili Sepe...…......... Kelly
Jay es una joven que está conociendo a Hugh, y la noche en que mantienen relaciones sexuales, él la advertirá de que le ha pegado una maldición donde un ser que es capaz de adoptar cualquier apariencia, y que solo los portadores de la maldición pueden ver, la irá persiguiendo hasta que la mate. Jay y su grupo de amigos intentarán encontrar la manera de escapar de esta maldición.
Mis impresiones sobre la película
Como ya he dicho, It follows fue un antes y un después para mí a la hora de ver terror. No le daba la relevancia que se merecía, y eso que desde siempre he visto películas de este género, pero no lo enfocaba desde un prisma más profundo, solo en el susto fácil. No todas las cintas de terror contienen subtextos, algunas se limitan a dar los consabidos jumpscares sin profundizar en nada, mientras que otras utilizan el miedo como recurso para disfrazar el argumento, y reforzar el discurso que pretenden contar.
A simple vista, el texto principal de It follows es practicar sexo sin protección, con el riesgo de transmisión de enfermedades y el contagio a otros. Pero a través de esta premisa, el director y también guionista introduce otros argumentos con más carga vital. Utiliza la sexualidad como un paso decisivo para el avance a la vida más adulta, donde la responsabilidad es mayor y la ayuda de los progenitores es casi nula. Este detalle lo muestra en la ausencia de la madre de la protagonista, que vive con ella pero no forma parte activa de la trama. Se ve que está ahí, en un plano secundario, incluso hay una escena donde está acariciando la espalda de Jay. La única que tiene algo más de visibilidad es la madre de Greg, el vecino, pero con unas connotaciones acordes con la historia, Más adelante lo abordo.

Esta película no tiene el ritmo de las películas de terror convencionales, ni tiene jumpscares por minuto, y tampoco los necesita. Es la atmósfera lo que hace que el espectador se inquiete. La actitud de los personajes, son más naturales que en otras cintas del género, sin un reguero de asesinatos hasta llegar a la última superviviente. Utiliza los tropos del terror para contar su historia, una historia que es muy reconocible para cualquier persona, ya que la simbología del monstruo puede interpretarse de varias maneras, todas válidas debido a la experiencia personal. Hay más simbologías que se explican posteriormente.
La ambientación es muy setentera, por las semejanzas a La noche de Halloween de Carpenter, y también es una historia que se desarrolla en la actualidad. Robert Mitchell recurre a aparatos añejos, como la televisión de tubo y a artilugios modernos, como un libro electrónico, consiguiendo una película atemporal que la libera de futuros presentismos cuando nuevas generaciones aborden el largometraje. También se remonta décadas atrás, como el cine donde tiene lugar la cita de Jay y Hugh, con un pianista tocando en la sala donde se proyecta Charada, de Stanley Donen, ya que lo que veremos en esta relación es un engaño, una charada que lleva a cabo Hugh para lograr su objetivo.

Y qué decir de la banda sonora compuesta por Disasterpiece. Con tres temas que se van desarrollando a lo largo del metraje, compone una música que remite en un primer momento a la música que utiliza John Carpenter para sus obras de terror, con un uso del sintetizador muy de los ochenta, y también con semejanzas a una obra que utiliza el sexo de una manera parecida, El ente. Música que consigue que entremos en la película, al hacer presente la amenaza del ser con unas notas que se van repitiendo, persiguiendo a la protagonista, a la vez que en otros momentos también transmite la desazón emocional que sufre Jay, con unos tonos a mi parecer tristes y melancólicos. Las pistas musicales Heels, Title y Jay son mis preferidas.
No es una película que le ponga las cosas fáciles al espectador. Hay que tener el estado de ánimo adecuado para conectar con ella, porque quien espere ver Insidious o Viernes 13 no va a gustarle ni valorar lo que It follows es y quiere contar. A mí me entró muchas curiosidad cuando vi el tráiler porque me di cuenta de que la historia iba más allá de lo que el avance insinuaba. Al acabar de verla quedé fascinado, porque comprendí las intenciones y el mensaje y aún así sabía que había detalles que no logré captar hasta volver a verla en más ocasiones. No es una película que vea cada año, pero sí es cierto que las cinco o seis veces que he vuelto a la barriada triste y desierta de Jay y compañía he quedado prendado y salgo con nuevas cositas que he pillado. Jay es un personaje con una carga anímica que a priori no se ve, sino que se descubre con posteriores visionados. Y muchos objetos tienen una capa que refuerzan a los personajes.
Largometraje imprescindible que cimentó o quizá redescubrió una manera de contar historias para nuevas generaciones, donde el susto fácil es reemplazado por una atmósfera opresiva que deja un calado mayor al aficionado

En un artículo próximo hago un recorrido por la historia, hablando de lo que significa para mí el ente, los objetos y la actitud de Jay.
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