
Municipio de Betancuria
Betancuria, en el centro-oeste de Fuerteventura, es un municipio impregnado de historia y belleza natural. Fundada en el siglo XV, Betancuria fue la primera capital de la isla y aún conserva su encanto colonial. El municipio está rodeado por montañas y valles fértiles, creando un paisaje espectacular que invita a la exploración y la aventura. Betancuria cuenta con monumentos históricos como la Iglesia de Santa María de Betancuria y el Museo Arqueológico, que ofrecen una visión fascinante de la historia y la cultura de la isla. Además, el municipio es un punto de partida ideal para explorar el Parque Rural de Betancuria, un oasis de naturaleza virgen en el corazón de Fuerteventura.

Situación aproximada de los hornos de cal dentro del municipio de Betancuria

Barranco del Jurado
En el corazón de Fuerteventura, la piedra caliza no solo forma el suelo árido y blanco que caracteriza su paisaje, sino que también dio forma a su historia económica y cultural. La cal extraída de esta piedra fue durante siglos una fuente de trabajo y comercio que alivió las carencias de una economía basada en la agricultura de subsistencia. Aún hoy, los hornos dispersos por la isla, testigos silenciosos del pasado, siguen narrando historias de fuego, sudor y conocimiento heredado.
Ubicación: 28°24'43"N 14°09'06"W
Estado: Regular





Tablero de la Galera
Seleccionar la piedra adecuada era un arte en sí mismo. Se buscaban bloques homogéneos, sin impurezas, que no estuvieran expuestos al sol, ya que la piedra “bizcochada” perdía calidad. Esta selección marcaba la diferencia entre una hornada exitosa y una pérdida de tiempo y recursos. El ojo del hornero, entrenado por años de experiencia, distinguía con precisión lo que otros no veían.
Ubicación: 28°28'57"N 14°04'05"W
Estado: Bueno





Valle Santa Inés #1
Los hornos de cal no eran solo construcciones funcionales, sino verdaderos centros de actividad, donde confluyeron la experiencia, la técnica y la necesidad. Su diseño, muchas veces adaptado al terreno, con formas cónicas y hornillas subterráneas, refleja la inteligencia práctica de los antiguos caleros. Allí se reunían vecinos, jornaleros y familias para participar en un proceso colectivo y laborioso, que iba desde la extracción de la piedra hasta su transformación en cal viva.
Ubicación: 28°28'10"N 14°02'44"W
Estado: Regular





Valle Santa Inés #2
Una vez terminado el proceso, el horno no se abría inmediatamente. Se sellaba con barro y piedra, y se dejaba “reposar” durante cuatro o cinco días, hasta que la piedra se enfriara y estabilizara. Este tiempo era esencial para que la cal no se estropeara con la humedad o el contacto prematuro con el aire. Solo entonces se extraía cuidadosamente el material transformado.
Ubicación: 28°28'26"N 14°03'02"W
Estado: Ruinas





Vega del Río Palmas #1
Este horno de cal muy destruido, ubicado en el interior apenas conserva restos de su estructura original.
Sus muros erosionados y la cámara de cocción colapsada hacen difícil reconocer su forma troncocónica, aunque todavía se percibe su ubicación y el uso que tuvo.
Ubicación: 28°23'35"N 14°04'57"W
Estado: Prácticamente desaparecido










